INTERNACIONAL.
texto: Natalia Nachón/ fotos: Fuente externa
Apesar de que lo hemos visto subir la temperatura en series, películas y editoriales alrededor del mundo, Yon González no ha hecho más que seguir los pasos diseñados por el destino. Nacido en un pequeño pueblo de España, sus aspiraciones en la vida iban más inclinadas hacia profesor de karate e ingeniero mecánico, pero la curiosidad por el trabajo de su hermano, Aitor, y la influencia de su madre; le llevaron a probar suerte en la actuación, iniciando con comerciales para televisión y medios impresos, hasta que, al poco tiempo, le vino la gran oportunidad: “Sin Miedo a Soñar”, serie donde compartió pantalla con Mario Casas y Amaia Salamanca y momento en que admite haberse enamorado… del mundo de la interpretación.
DE ESTUDIOS SECUNDARIOS NO SE DECLARA UN FANÁTICO PERO ESO CAMBIÓ EN LOS TIEMPOS DE «EL INTERNADO» y quien no lo reconsideraría: con un papel que le catapultó a niveles jamás imaginados para un primer trabajo actoral, siendo nominado a “Mejor Actor de Drama” en la 49º edición del Festival de Televisión de Montecarlo y galardonado como “Mejor Actor Revelación” por la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York. A esto le siguieron dos protagónicos en largometrajes, y el mismo peso en personajes en exitosas series españolas como “Gran Reserva”, “Gran Hotel” y “Bajo Sospecha”.
Él ha hecho de detective, matón, romántico, adolescente caprichoso, camarero y ejecutivo, pero a diferencia del nombre de una de sus más recientes películas, Yon nunca ha estado “Perdiendo el Norte”, pero sí contempla la posibilidad de grabar fuera de la Madre Patria por temporadas si así se le presenta la oportunidad. Si se trata de estar “Matando el tiempo” a él se le da de maravillas, y es que cuando se trata de un filme independiente, escrito especialmente para él y su hermano Aitor, no es para menos. Además, esta fue la primera vez que los hermanos compartieron escenario.
EN LA INTIMIDAD… ha confesado, en ocasiones, haber sido “el imbécil” por amor. Sostuvo una relación de unos siete años a inicios de su carrera con una joven nada relacionada con la industria; y desde entonces no se le conoce pareja pues, además de la apretada agenda que le acompaña desde el día cero y lo reservado que es con su vida personal, González entiende que hoy en día es muy difícil encontrar una mujer, que al igual que él, esté buscando formalizar de manera sana; por tanto, considera a su madre y su hermano los grandes amores de su vida.
LOS NERVIOS Y LA ESPONTANEIDAD le caracterizan, al igual que el carisma, la transparencia y la picardía. Con 11 años ininterrumpidos de carrera, se considera una persona muy afortunada y un tanto perfeccionista. Los días de grabación no hace más que estudiarse el guion y buscar la manera de siempre aportar algo distinto a sus personajes. La fama no es un tema que le preocupe manejar porque dice nunca haberla perseguido. Para él, la familia, los amigos, los paseos en moto, la justicia y la tranquilidad son los más importante, al igual que disfrutar de las cosas sencillas de la vida, en las afueras de Madrid, con una copa no muy grande de vino, pero sí un buen plato de carne.
