«Todos nos vestimos para Bill», dijo Anna Wintour, editora de Vogue, en varias ocasiones.
Se acabaron los «flashes» inesperados mientras caminabas mostrando tu lado más «fashionista» e improvisado por las calles de Manhattan. Se ha ido el hombre de la bicicleta, de chaqueta azul, pantalones crema y humilde personalidad. Es un triste hecho: falleció Bill Cunningham, el gran fotógrafo de Moda de The New York Times, tras sufrir derrame cerebral.
Fue hace unos casi 40 años que Bill Cunningham (William J. Cunningham Jr.), nacido en Boston en 1929 y con varias experiencias en moda desde el área de publicidad, como el «stockboy» de la tienda Bonwit Teller o como diseñador de su propia linea de sombreros en la juventud; inició sus labores en The New York Times.
Para él no existía mejor pasarela que las calles de New York y fue precisamente el arte de fotografiar el «street style» de anónimos y grandes estrellas lo que llevó su trabajo y nombre a ser reconocidos por todo el mundo.
Sin embargo, su trabajo como fotógrafo de moda inició un poco antes. Luego de servir al U.S. Army, en 1953, regresa a Nueva York y comienza a reportar para Women’s Wear Daily y The Chicago Tribune. Fue entonces cuando introdujo a los diseñadores Azzedine Alaïa and Jean Paul Gaultier a los lectores norteamericanos y comenzó a tomar fotografías de la moda en las calles de Nueva York.
Después de 25 años de experiencia con la cámara, toma una fotografía de Greta Garbo, la reconocida actriz sueca, y con ella concluye una serie de fotos espontáneas que venía coleccionando. Fue en ese momento, diciembre del 1978, que presenta su trabajo al New York Times y el medio inmediatamente publica, iniciando una relación laboral que no terminó jamás.
Con el poco tiempo se convirtió en columnista de dos espacios: «Evening Hours» donde hacía una crónica fotográfica de las actividades sociales más elegantes e importantes de la ciudad; y «On the Street», el espacio donde el estilo libre en la moda en la Gran Manzana era el tema principal.
«Los poderosos y ricos del mundo de la moda buscaban su compañía, pero él se mantuvo como uno de las personas más encantadoras, amables y humildes que haya conocido. Hemos perdido a una leyenda, y yo estoy personalmente desgarrado por haber perdido a un amigo», afirmó Arthur Ochs Sulzberger Jr., editor del Times en el obituario.
Él era querido y respetado por grandes personalidades dentro y fuera de la industria, como Iris Apfel y Anna Wintour, solo por mencionar algunas. A pesar de que su vida siempre estuvo rodeada de glamour, en lo personal era una persona que prefería lo austero: «El dinero es lo más barato que se puede conseguir en la vida».
A pesar de que también se le veía en las grandes pasarelas, las calles siempre fueron sus predilectas para las fotos, tanto así que la compilación de su trabajo se considera una narración antropológica de la moda en la ciudad de Nueva York.
Hoy, tras su partida, su hogar mediático, «The New York Times», dedicó sus páginas a su inigualable profesional y entrañable amigo. Y fue así, de repente, como la moda que camina sobre las calles de New York se quedó huérfana de quien escuche y cuente sus historias.
Galardones, reconocimientos y documental
En 2008, el gobierno francés le galardonó con la «Legión de Honor», y en 2009 fue nombrado un «Hito Viviente» de Nueva York por la ciudad.
Un año más tarde, después de varios rogándole; se estrena el documental sobre su vida «Bill Cunningham New York» (que les compartimos al pie de este artículo), estrenado en el Museo de Arte Moderno de la ciudad, en 2010.