Javier Bonnet

Javier Bonnet

VISIONARIO.

Javier Bonnet

JCP0026

entrevista Mayra Pérez Castillo fotografía Julio César Peña

Inquieto. Joven y emprendedor, desde temprana edad Javier Bonnet tuvo sus objetivos claros: disfrutar de independencia económica y ser dueño de su tiempo. Hoy nos cuenta cómo ha sido este proceso en el caminar de una vida visionaria.
Viene de una familia de profesionales destacados que hicieron fortuna, herencia a la que su progenitora renunció, eligiendo llevar una vida de limitaciones que Bonnet se prometió no llevar en su adultez. A partir de aquí inicia una historia de superación admirable que él mismo nos narra.
Durante la adolescencia fue empacador en supermercados, luego se disfrazaba para  promociones, entró a la universidad con beca y buscó un trabajo formal que consistió en cobrar tarjetas de crédito, en el que desarrolló la paciencia, a pesar de que confiesa que aún es una persona impaciente y acelerada por naturaleza. En esa posición creció. Participó para formar parte de un proyecto tentador en otra empresa, ganó y también triunfó.
“La gente quiere ser exitosa, pero no quiere pagar el precio de decirle que no a ciertas cosas que le dan comodidad o placer; yo he tenido que pagar esa cuota muchas veces: a novias, familiares, amigos, entre otras”. Al pasar tantas situaciones, finalmente llegó el motor que lo impulsó a iniciarse en su meta de convertirse en padre y no tener dinero… “Tiene que ser ahora”, se dijo.

Este joven empresario le apasiona compartir el estilo de vida que ha llevado con miras de cumplir sus metas.

“Tanama Lodge es una condo-hotel que ofrece oportunidad de inversión para clase media. Está compuesto por jóvenes entre los 20 y 30 años que no solo son responsables de una cantidad millonaria de dinero, sino que trabajan en miras de que el ahorro de vida de personas esté garantizado y cobre valor al pasar el tiempo”.  La estrategia que utilizan para que esa promesa de valor sea real es que los bienes que comercializan son administrados por la empresa y así, al pasar del tiempo, el inmueble se revaloriza positivamente para el propietario.
Sus aspiraciones no llegan hasta aquí, tiene sueños que abarcan territorios inimaginables, de los que tiene mucho de qué hablar.
Todos los miércoles da charlas en escuelas y le gusta poner de ejemplo a la langosta, que cada vez que llega a un nivel de crecimiento debe cambiar el caparazón; asimismo, el ser humano debe enfrentarse a ese tipo de situación. Justamente es en esta etapa en la que él se encuentra.