SOÑADOR.
“La música es mi oxígeno”
foto Luis Betances
Después de transcribir la entrevista, pude percibir que “el chico del sombrero” tiene mucho amor para dar, que quiere lo mejor para nuestro merengue y, sobre todo, para República Dominicana. Amor, respeto, pasión, sueños, constancia, ser agradecido y valorar nuestro país, fueron el común denominador de esta conversación, justo lo que queremos para el mundo.
Gabriel Ramírez Pagán es un soñador empedernido, que apuesta todo por lo que cree, ama y le apasiona, una persona dada a los demás. La música es lo que le mueve el piso, es su oxígeno, lo que le da motivo y razón para seguir luchando por sus sueños e ideales. Su historia con la música empieza a escribirse desde muy temprana edad. Elige el merengue, dentro de tantos géneros musicales, porque para él fue notable la brecha y la falta de exponentes, además de que entiende es el ritmo que todos los dominicanos llevamos en la sangre.
Disfruta todo el proceso de producción de cada canción: componer, producir, arreglar y cantar. El nuevo disco, Morisoñando, es una fusión de estilos musicales, merengues que han formado parte de la cultura musical de nuestro país, pero el ingrediente adicional se lo agrega el equipo de “Soy Gabriel”, y admite fue haber encontrado el balance que guardan los merengues clásicos, respetando la esencia de cada canción, pero al mismo tiempo inyectándolas con colores que las hagan sentir totalmente frescas.
“Morisoñando es una oda al gran merengue que le ha dado tanto a nuestra tierra; es una forma de honrar a sus exponentes, a su trayectoria y, al mismo tiempo, crear una confluencia generacional entre ellos y los nuevos colores de la época. Este proyecto es más grande que yo, es un proyecto marca país, porque hacerlo bien, beneficia a toda la isla”, aclara el artista.
El chico del sombrero es todo un visionario, un visionario para el bien común, es parte de la fundación “Yo Existo”, una organización sin fines de lucro que trata de identificar problemas relacionados con la niñez. “Buscamos encontrar soluciones a situaciones de vulnerabilidad, como la orfandad, el trabajo en las calles, velar por su nutrición y educación.
Poco a poco hemos ido creciendo, trabajando de la mano con otras entidades que aportan mucho a los niños. Es un proyecto al que le tengo mucho amor y me ha permitido unir a muchos colegas artistas como Zion y Lennox para causas específicas”, afirma el artista.