Establecer un diálogo entre la moda y las obras maestras del arte religioso es el nuevo reto en la agenda de Dolce & Gabbana para el Met Gala de este año. Esto, luego de haber vestido al Museo de Soumaya, en Ciudad de México, de luz y extravagancia con la presentación de sus exclusivas colecciones “Alta Moda» y «Alta Sartoria” el día 18 de este mes.
texto Natalia Nachón fotos Jacopo Raule, Dave Benett y Victor Virgile
Los colores y la seguridad envuelven todo lo que lleva su firma. Originales, arriesgados y fieles a su esencia, Domenico Dolce y Stefano Gabbana han sabido calar pasarela tras pasarela en el corazón y el clóset de mujeres y hombres dentro y fuera de su amada Italia. A pesar de encontrar origen en familias bastante tradicionales, la historia de este exquisito dúo es una muy poco convencional, casi tanto como sus extraordinarios diseños.
En el amor y la guerra todo se vale y, de cierto modo, en sus vidas se han profesado ambos planteamientos. Stefano Gabbana buscaba dejar el ejército cuando conoció a Domenico Dolce. Publicista de profesión y con interés de incursionar en el mundo de la moda, Gabbana llegó al atelier de Giorgio Correggiari (diseñador italiano), en su natal Milán, donde Domenico ya era asistente principal. Una llamada a la oficina para solicitar empleo, en el momento preciso, bastó para conectarles.
“La moda está bien por cinco días, un minuto, seis meses… pero el estilo simplemente es. prevalece por el resto de la vida y eso es lo que perseguimos con nuestros diseños”. Stefano Gabbana.
Iniciaron relación sentimental antes de unir creatividad y firmas en un proyecto que terminaría por girar significativamente el mundo de la moda italiana. Estamos hablando de finales del 1979, cuando Domenico Dolce se estrenaba como aprendiz de Correggiari.
Por supuesto, para Dolce esto de los bocetos y las telas no era novedad: hijo de modisto, creció, soñó y estuvo en contacto desde siempre con todos ellos. Nunca dudó de su pasión por la moda. De hecho, dejó su cuna en Polizzi Generosa, Palermo, para perseguir carrera en el diseño de modas, en la mayor área metropolitana de Italia. Aunque allí encontró mucho más que una profesión.
“Cada una de nuestras colecciones es como una película. Escribimos el guión, y esta mujer siciliana que ha viajado por el mundo tiene siempre elpapel principal”. Domenico Dolce.
Tras un año y medio trabajando juntos, como asistentes en la compañía de diseño de textiles, empiezan, de manera independiente, a diseñar bajo sus propias reglas. Domenico tenía experiencia vasta, ya había pensando y lanzado la primera a los 6 años. Su enfoque eran las prendas de vestir, mientras Stefano prefería los accesorios. Emprendieron por separado durante varios meses hasta que la demanda de trabajo les llevó a fusionar ideas y empezar una compañía en conjunto en 1982.
Dolce pidió a su padre el permiso para bosquejar una colección. La llamó Donna Donna; fue la primera de la firma. La presentaron una semana antes del Milán Fashion Week en Burghy, el McDonald’s italiano (como ellos prefieren llamarle), aprovechando la onda “Pop Art” que predominaba en el momento. También lo hicieron en una tienda de maquillaje y en otros espacios poco usuales para desfiles.
Sin darse cuenta, ya iban marcando precedentes. El sentido de invención fue despertando la curiosidad del público. Después de tres temporadas, crecieron y fueron evolucionando, aunque el punto de partida siempre es el mismo: Italia y su estilo, visto desde ojos muy particulares.
“Nuestro sueño es crear un estilo intemporal y crear ropa con una personalidad tan fuerte que quienquiera que los vea pueda decir instantáneamente y sin lugar a dudas: ‘esto es un Dolce & Gabbana’.”. Domenico Dolce.
Eso mismo reflejaron en la colección que lanzaron hace unos ocho años atrás, cuando ideas frescas habían marcado pasos encima de las huellas de sus inicios. Sus clientes empezaron a llamar al «antiguo» Dolce & Gabbana y ellos no dudaron en traerlo de vuelta. Crearon su primera colección otra vez, ahora más madura, la presentaron como «D&G Memory».
Sus campañas publicitarias son el perfecto reflejo de sus mentes; no es sorpresa que se hayan hecho icónicas. En ellas predomina la sensualidad, el desenfado, la irreverencia elegante, realidad que fue consolidando el sello de autenticidad que le venía definiendo.
Con el tiempo sus colecciones llegaron a New York. En 1990 presentaron, en la Gran Manzana, un desfile de hombre y mujer. También abrieron un showrom en la 532 de Broadway. Sin embargo, internacionalizaron la firma con la «percha» de Madonna. Fueron ellos los que, por solicitud de la misma cantante, crearon el vestuario de su famosa gira The Girlie Show, a mediados de los 90. Así inició su relación con las celebridades que se mantiene y crece a la fecha, igual que su presencia en los distintos continentes.
Cuando las prendas de vestir parecían estar del todo exploradas, entonces pensaron en fragancias. Lanzaron el Dolce & Gabbana Parfum en 1992. Le siguió la línea para jóvenes, la de ropa interior, las gafas y la expansión de sus tiendas, sobre todo la de Milán. Esto sin contar los libros y el CD que presentaron a finales de los 90 y a principios del nuevo milenio; también se unieron al «universo digital».
“Creo que nuestros clientes no necesitan nada, Solo quieren algo especial. Esta es la razón por la que hacemos colecciones, no solo el desfile de modas de primavera, sino también las de Pre-Fall y cruceros. A los clientes les encanta encontrar algo en la tienda que no ven en una revista”, Stefano Gabbana.
En el 1991, se estrenaron en el mundo de los galardones, con el premio «Woolmark» a la colección masculina más innovadora del año y los reconocimientos se hicieron recurrentes tanto para los textiles como para las fragancias y las campañas publicitarias.
Sin darse cuenta, Stefano y Domenico se habían convertido en los dioses de todo un imperio. Lograron que su marca se convirtiera no solo en el reflejo absoluto de sus tradiciones italianas, sino de sus inconfundibles personalidades. Sin embargo, su relación amorosa no corrió con la misma suerte, pusieron fin a su noviazgo el mismo año que lo hicieron público, en el 2005, pero para ellos el amor solo se ha transformado, decidiendo mantenerse juntos en el ámbito profesional.
“Espero que la gente recuerde a Dolce & Gabbana por la sensualidad, por el sentido mediterráneo, pero, sobre todo, por nuestra honestidad con la vida”. Domenico Dolce.