La propuesta recurrente de Stella McCartney para salvar el planeta es dejar la ropa al aire, un cepillado y listo. El mensaje no es nuevo: McCartney, de 47 años, lleva cinco años recalcándolo, mientras diseña zapatillas veganas y busca materiales más sostenibles. Pero sorprende por el escenario: la presentación de su última colección inspirada en los Beatles de su padre Paul. Donde la diseñadora, ecologista, aprovechó una entrevista con The Guardian para enumerar lo que espera de sus clientes, y las medidas que está tomando ella.
Stella McCartney recurre a todos los avances para rebajar su huella del carbono. Pero las tiendas no son el mayor problema del planeta. El problema del planeta está, en parte, en la gente, y en los hábitos de consumo en los que nos han educado. Y, para combatir uno de nuestros peores hábitos, McCartney recordaba lo que aprendió de los sastres de Savile Row:
«La norma de un traje a medida es que no se lava. No lo tocas. Dejas que la mancha se seque y la cepillas. Es, básicamente, la regla de oro en la vida: si no es absolutamente necesario lavarlo, no lo laves. No me cambiaría de sujetador cada día y no meto la ropa en la lavadora sólo porque me la he puesto. Yo misma soy increíblemente limpia, pero no soy fan ni de la limpieza en seco ni de ningún tipo de lavado, la verdad”.
Existen varios motivos por los que McCartney es enemiga de los lavados. Uno de ellos, es que acortan la vida útil de las prendas. En 2017, Stella McCartney publicaba un vídeo de la iniciativa Clevercare, y explicaba las medidas que estaba tomando su marca para garantizar un mundo mejor. Entre ellas, asegurar la longevidad de las prendas. «Cuando compras algo nuestro, creemos que es importante que sea algo que pueda durar años, y que pueda ser arreglado para evitar que lo tengas que comprar otra vez o tirar a la basura. Por eso buscamos calidades pensadas para durar. Si extendiésemos la vida útil de nuestra ropa tan sólo tres meses más de uso activo por prenda, conseguiríamos una reducción de entre un 5% a un 10% de nuestra huella de carbono, de agua y de residuos».
La campaña no es nueva: McCartney lanzó la iniciativa Clevercare en 2014, con el apoyo de H&M, en una cumbre de la moda en Copenhague. En aquella presentación, la diseñadora recordó la misma lección de aquellos sabios del patrón y la aguja: “Cuanto menos laves la ropa, mejor. Me lo dijeron los sastres de Savile Row cuando trabajé allí y es cierto. Las prendas duran más si las lavas menos y las cuidas más. Y al lavar menos ahorras agua y energía».
Son, precisamente, las principales medidas que propone Clevercare: lavar menos, ventilar más. En caso de tener que lavar, hacerlo a 30 grados o en agua fría porque, señalan, los detergentes actuales ya son lo bastante buenos como para encargarse de la mugre a esas temperaturas.
