Cada día es único e irrepetible, pero con un postre como protagonista, dan ganas de congelar esa ocasión y repetirla cuantas veces sea posible; el dulce es capaz de apoderarse de tus sentidos en fracciones de segundos.
Todo un obsequio a tu paladar. La repostería Noah de Bari repleta de colorido y dulzura, diseñada para que los visitantes aumenten sus dosis de felicidad, espera a que pruebes sus recetas y alguna que otra sorpresita agradable.
Verónica Mejía, chef repostera a cargo de la pastelería se inició en el mundo de los hornos y la harina desde que era una niña, específicamente en la panadería de su madre, en donde jugaba a elaborar exquisiteces, sin sospechar que se dedicaría a este oficio años más tarde.
Pasado el tiempo, inicia a prepararse de manera profesional en afamadas escuelas nacionales e internacionales. Gracias al empeño de esta joven pastelera y todo su equipo, hoy Noah de Bari es la parada dulce por excelencia de la ciudad de Santo Domingo.
El menú de postres disponibles allí es tan amplio que no sabrás si comerte solo uno, o rendirte y pedir para llevar. La manera tan creativa de plasmar la idea de cada cliente en los pasteles personalizados, nos hace entender que esta dulcería, más que un sitio donde conseguir algo dulzón, es pura magia e ingenio.
Hay lugares que con total seguridad no se pueden comparar con ningún otro, y este pequeño templo de golosinas no es la excepción. Es uno de esos espacios en donde desde al abrir la puerta disfrutas de un rico olor que te anuncia el inicio de un viaje sin fin hacia la eterna felicidad. Tus anécdotas más preciadas nacerán en Noah de Bari.