Si estás pensando en un safari para mañana, te invitamos a conversarlo durante el desayuno, mientras nos acompañan las jirafas. No es necesario salir de Kenia, la reserva está a pocos minutos del centro de Nairobi, en el suburbio de Lang’ata.
Tampoco debes pensar en compartir tu café, ellas solo quieren tus pinchos de frutas, los puedes comprar allá. Más que un hotel, el Giraffe Manor inició siendo el señorío de Sir David Duncan, allí iba en su mayoría de veces a cazar; lo construyó en 1932 y lo vendió en el 1974 a una pareja de esposos, Jock Leslie-Melville y Betty, ambos fundadores del Fondo Africano para la Preservación de la Vida Salvaje (AFEW).
Fueron ellos quienes llevaron las primeras jirafas a aquella mansión, crías de Rothschild, una especie en peligro de extinción, para ser específicos.
Esta colonia creció en constante contacto con los humanos, lo que las hizo muy sociables. La reproducción originó que la especie se triplicara y los propietarios del lugar no tardaron mucho en permitir el acceso al público a lo que terminó por convertirse, primero en santuario, y después en hotel boutique.
Con tan solo seis habitaciones ha recibido personalidades como Mick Jagger, Walter Cronkite y Johnny Carson, quienes se dejaron sorprender por las atenciones de las anfitrionas de cuello largo que le visitaban a tempranas horas en las ventanas de sus dormitorios, les seguían a la mesa de desayuno y acompañaban durante el recorrido vespertino por el jardín.